Se busca en el afuera, en otras personas, la validación y aprobación de su persona, de sus actos y hasta de sus ideas (en caso extremo). Cuando ello ocurre, siente que es aceptad@, que pertenece, y un enorme bienestar acontece adentro. Mas, ignora que paga un enorme precio por ello: ensombrecerse como persona y anestesiar sus propias necesidades y emociones.
Podemos imaginar que el gran objetivo es agradar a los demás o a la persona de quien necesita la aceptación, con la fantasía de que de ésta manera será aceptado/a y reconocida plenamente; fantasía porque no es duradera, siempre retorna la necesidad de volver a ser aceptado, comprobar que "hace las cosas bien" y es merecedor/a de ser elegido/a (como amigo, pareja, en un grupo, etc).
Riesgos posibles de padecer ésta necesitad de aceptación de los demás:
- Disminuído contacto consigo mismo, priorizando el contacto con el afuera. Son grandes detectores de las necesidades ajenas, para complacer y satisfacerlas.
- Tienden a ser imanes de personas manipuladoras que han detectado esta necesidad de aprobación: "si haces las cosas como yo quiero, entonces te acepto; sino, te rechazo o abandono".
- La dependencia emocional es alta, pudiendo ser dependiente a un grupo o a una persona. Muchas emociones se van anestesiando, y otras se sobredimensionan: miedo y ansiedad.
- Las relaciones se ven teñidas por la presencia de los actos complacientes, estando una de las partes de esta relación opacada o "sometida". Es un campo fértil para los vínculos tóxicos.
¿Cómo salir de ahí? Hay muchos caminos y variantes, mas en esencia todos van dirigidos a:
- fortalecer tu Autoestima,
- apreciar el espacio propio, acompañarte a tí mism@
- entrar en contacto con tus emociones, des-anestesiarlas, y
- tomar registro de tus necesidades y deseos.
A partir de acá estarás en mejores condiciones de elegir y decidir cuándo quieres agradar o complacer, por deseo y elección, no por necesidad de ser aceptado/a ni por miedo a ser rechazado/a.
¡Merecemos el esfuerzo para nosotros mismos para vivenciar que somos aceptados por Ser, no por complacer!
¡Te deseo lo mejor!
Dra. Aida Bello Canto
Psicología y Gestalt
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