A primera vista pareciera que en el Dar no hay problema alguno, sino que solamente aparece la dificultad en el pedir o en el recibir. Mas hay muchos "dadores" que ignoran los límites en la ayuda, no toman en cuenta la necesidad del otro, sino lo que creen que el otro necesita; no toman en cuenta a la otra persona sino su propia necesidad de dar, y corren el riesgo de restarles dignidad, sin darse cuenta por supuesto, amparados en la mejor de las intenciones.
Por supuesto que el "dar" es un acto generador de grandes ventajas en los Humanos, donde se ven beneficiadas las dos partes involucradas, el que da y el que recibe, favoreciendo el contacto relacional, nos sentimos más conectados con los demás, nutre la necesidad de sentirnos útiles.
En este hoy me refiero al dar a otra persona en específico, y entre adultos; no hago referencia al tipo de dar amplio, donde el que recibe no sabe quien ayuda; este "dar" no es personal, sino humanitario.
Hemos de tomar en cuenta una serie de aspectos para que ambas partes se enriquezcan. De no ser así, la persona que da, puede lograr que la otra persona se sienta en deuda, se sienta inferior, no permitiéndole crecer, desplegarse en sus potencialidades. Y el "dador" puede asombrarse de que la otra parte se enoje, se ofenda!
También, y no es menor, el constante dar puede convertirse en un estilo de manipular: me aseguro que el otro me necesite, generando dependencia.
¿Qué hemos de tener en cuenta a la hora de Dar y no invadir, sino respetar al otro?:
- Poder mirar a la otra persona qué es lo que necesita, si lo pide o no, si está receptiva para poder tomar lo dado, y cuál es la medida del otro, en ese momento, para recibir. ¿Qué es necesario? Comunicarse, preguntar a la otra persona, por ejemplo: "¿en qué te puedo ayudar?", "¿qué necesitas de mí?". Podemos sugerir en qué creemos que podemos ayudar, para dárselo, mas el otro es quien decide si lo acepta o no.
- El que recibe ha de tener la posibilidad de retribuir, pues con ello se iguala al que da, no se siente ni en deuda ni inferior. Las maneras de retribución son muchas y variadas, y no necesariamente ha de devolver - de la manera en que pueda- a la misma persona que le ha dado. Puede lograr esta igualdad dando/ ayudando a otra persona, por ejemplo.
- La persona ha de dar lo que tiene y en lo que es apto. Hay quienes se exigen dar más de lo que tienen (ej: tiempo, energía) en desmedro de sí mismos y hay quienes exigen a otro para que le den algo que la otra persona no tiene o no puede. Una vez más, los límites son sanos.
Cuando damos con respeto al otro, su dignidad no se ve comprometida. Cuando damos, respetándonos a nosotros mismos, cuidamos a la otra persona y a nosotros también.
¡Hasta la próxima!
Dra. Aída Bello Canto
Psicología y Gestalt
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"Hay mas felicidad en dar, que la que hay en recibir"
ResponderBorrarJesus de Nazareth.
Hola amiga....clarisima idea da este tema...muy buen explicado.super sencillo ..te agradezco. Me va a ayudar mucho mas de lo k imaginas
ResponderBorrarCon amor...Maye
Hola mi querida!!
BorrarGracias por tus palabras! Me alegro muuuuchooo que te sea útil. 😉