Todos queremos estar bien, nadie elije estar mal aunque sea muy frecuente escuchar "¡Tú estás mal porque quieres!"; definitivamente, si estamos mal es porque no sabemos o no podemos hacer otra cosa en determinada situación.
Ahora bien, solemos estar más preparados para los estados de malestar, incomodidad y/o queja que permanecer en el estado de bienestar. Por supuesto que disfrutamos de momentos de alegría, de bienestar, nos abrimos a ellos con gozo, pero sentimos que no son duraderos, sino instantes, momentos.
Vivir en un estado de bienestar es posible, y con ello no me refiero a permanecer en un estado de "Nirvana" donde nada nos disguste, donde todo esté tal cual yo lo quiero, donde la vida me sonría en todas sus facetas y la gente sea como a mí me gusta. Me refiero fundamentalmente a una actitud positiva ante la Vida, donde conozco mis recursos, aprendí a pedir ayuda (no tengo que resolver todo yo solo/a), me habito con respeto hacia mí y hacia los otros, realizo mis elecciones y aprendo de ellas.
Para vivir con un estado de Bienestar interno he de cultivar una actitud positiva: ver lo que Hay y no lo que Falta. Les recuerdo que de la manera en cómo percibimos nuestro mundo, así nos influye.
El psicólogo Shawn Achor realizó una investigación durante ocho años en Harvard sobre el entrenamiento del cerebro para ponerlo en positivo, corraborando que con ello se obtienen mejores resultados en cualquier área de la vida y se genera dopamina, que es la encargada de aumentar la sensación de felicidad e incrementar nuestras capacidades cognitivas (memoria, atención comprensión, etc). Él señala cuatro puntos a desarrollar para poner nuestro cerebro en positivo, fomentar nuestra actitud positiva:
1) Gratitud: escribir diariamente tres cosas por las que estamos agradecidos; hacer esto durante 21
días, añadiendo cada día tres cosas nuevas. Son muchas las investigaciones que muestran la importancia del Agradecimiento para sostener una actitud positiva en la vida.
2) Ejercicio: la realización de ejercicio físico aumenta la dopamina. Caminar, por ejemplo, no hace falta ir a un gimnasio.
3) Meditación: nos ayuda a focalizar nuestra mente y estar en el "presente". Sabemos que nuestros pensamientos se suelen ir al pasado o al futuro (anticipación) impidiendo que nos conectemos con nuestro presente, nuestro ahora.
4) Acto aleatorio de bondad diario: decirle algo positivo a otra persona, escribir un pensamiento positivo en cualquier red social, ¡ayudar a cruzar a alguien la calle! Se trata de cultivar la actitud positiva con la bondad, la gentileza hacia los demás.
La actitud positiva nos concede un mayor "colchón emocional" para atravesar las vicisitudes de la vida, serenidad para distinguir lo que podemos o no podemos hacer ante las situaciones que se nos presentan.
¡Espero que te sea útil y te animes a empezar por alguna de éstas cuatro!
Un cálido saludo,
Dra. Aída Bello Canto
Psicología y Gestalt
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