La manera en cómo resolvamos internamente esa situación de rechazo dependerá de los rasgos de cada personalidad, las herramientas internas con las que contemos y nuestra actitud desplegada; todo ello influye en el modo de sobrellevarlo, mas ese momento deja su huella, que puede remitir a otras huellas/heridas.
Si la exclusión y el rechazo perdura en el tiempo, se activan los centros cerebrales del dolor, incita a la tristeza y al enojo, aumenta el stress y reduce la autoestima. Como manera de resolver tanto dolor, se puede tomar uno de estos dos caminos:
A) La persona rechazada se aísla, se resigna a la soledad; se auto-excluye y termina convencida de que "no le importa".
B) Busca, a veces de manera desesperada, la atención; puede caer en complacer reiteradamente, intentar hacerse necesario/a para sentirse aceptado/a.
El Dr. Williams Kipling, psicólogo de la Universidad de Purdue, concluye tras sus investigaciones, que el ostracismo/ aislamiento posee tres etapas:
1) Etapa "inmediata", donde toda persona excluida siente dolor. El sentido de pertenencia ha sido
2) Etapa de "hacer frente", donde la persona busca mejorar su estado de inclusión; para ello busca señales para volver a pertenecer (cooperar, conformar y obedecer, suelen ser las más frecuentes). Cuando descubre que la inclusión es una causa perdida, entonces pasa a recuperar el control tomando como camino la respuesta A o B, dichas anteriormente.
3) Etapa de la "renuncia", donde los recursos internos de la persona entran cien por cien en juego.
Hay exclusiones y rechazos que atravesamos y nos hacen resilientes, alcanzada la tercera etapa de la renuncia, y otras que nos dejan el anhelo de pertenecer, volver a ser incluídos. Lo que podemos llegar a hacer en este intento de ser aceptados/ sentirnos queridos, hemos de estar atentos pues en muchas, muchísimas ocasiones, nos podemos olvidar de nosotros mismos.
Recomiendo la lectura de "La enfermedad de Complacer a los demás".
Para cerrar en este hoy, no puedo dejar de mencionar los grandes problemas que puede traernos a nuestras vidas si vivimos con miedo a ser "dejados". De lo que hablo es de una de las características de los vínculos tóxicos, la dependencia emocional, el chantaje emocional y los diversos tipos de manipulación.
¡Para tener en cuenta!
Un cálido saludo,
Dra. Aída Bello Canto
Psicología y Gestalt
No hay comentarios.:
Publicar un comentario