Cuando hablo de metas posibles, me refiero a tomarse cada uno en cuenta como trabajador de esa empresa/ meta/ proyecto, no solamente como el planificador/ deseador que sin darnos cuenta se convierte adentro nuestro en un gran evaluador de la manera en que hacemos o no hacemos las cosas.
Sabemos que tenemos frecuentes diálogos adentro nuestro, unas veces más claros que otras, y cuánta mayor claridad podemos darle a los mismos, mayor ganancia obtenemos en nuestro autoconocimiento y comprensión de estos acuerdos o desacuerdos internos.
El trabajo en gestalt de estos aspectos (características personales que nos gustan, nos disgustan o rechazamos de nosotros mismos) y su interacción interna es uno de los objetivos a alcanzar, pues no sólo apuntamos a acordar con nuestras partes, teniendo en cuenta nuestras capacidades y herramientas, sino que dejamos de poner en el afuera los enfrentamientos que tenemos adentro.
Si desconozco mi evaluador interno, esa parte mía que me exige ser bueno/a en lo que haga, cumplir con mis objetivos, no reconocerme en lo alcanzado por temor a que me "achanche" o me "duerma", sentir que siempre puede ser mejor con lo cual la sensación de insatisfacción aparece, pues lo voy a poner en el afuera, en otra persona que me genera todo lo anterior - y siempre encontramos en nuestro entorno a quién calzarle el "exigente". Según el lugar que ocupe esa persona en nuestra vida, afectará más o menos nuestra relación. Este evaluador interno le abre la puerta a la exigencia tóxica.
En el ahora mi deseo es que en las metas propuestas, cuenten con su autoexigencia como un aliado; para ello reconozcan estas partes que poseemos:
1) el planificador, es el que planifica, proyecta, genera el objetivo;
2) el trabajador - quién llevará a cabo lo planificado- y
3) el evaluador - encargado de supervisar la ejecución o no ejecución en el tiempo.
Tips que contemplan a los tres:
- Pasa a escrito tus proyectos / deseos/ objetivos, y delante de cada uno, o del que tengas ponle ELIJO ... o QUIERO ... Léela y fíjate si estás de acuerdo con ello; a veces lo que ponemos o pensamos es TENGO QUE ... y ahí ya encontramos un problema, pues nuestros propósitos que van de la mano con "tengo que ... " hablan del tipo de exigencia tóxica que no tiene en cuenta al trabajador con lo cual nos dirigimos a la insatisfacción o autorreproche.
- Ubica al lado de cada meta/ deseo tres columnas, para que las llenes y lo tomes en cuenta:
1) Las herramientas con las que cuento.
2) Posibles obstáculos.
3) Soportes / ayuda que necesito (buscar información, personas con la que cuento para este propósito, asesoramiento, delegar en alguna etapa, etc).
Cuando tomamos en cuenta estos puntos, propiciamos una autoexigencia sana que no convierte el deseo en obligación, ni nos conduce a la culpabilidad, resentimiento, fracaso. Nos pone en una mirada de valoración al proceso, al camino, y no sólo en el objetivo, tomando una actitud de aprendiz, mejor gestión de nuestro tiempo y auto-reconocimiento de los pasos dados.
¡Manos a la obra!
Dra. Aída Bello Canto
Psicología y Gestalt
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