Siempre hay elecciones más fáciles que otras, mas terminamos resolviendo y quedándonos tranquilos con ello, pero el indeciso/a se encuentra muchas veces con su dificultad para elegir en variadas áreas de su vida: situaciones vitales, dentro de sus relaciones, trabajo, estudios, etc. Acá tenemos la indecisión crónica.
Generalmente las causas de la indecisión crónica son:
1) Hay personas que necesitan un tiempo más largo que lo general para llegar a tomar una decisión. Necesitan evaluar en mayor detalle los pro y los contra de cada opción. Si las dos alternativas son "buenas", se hace difícil descartar una; y si las dos son "más o menos", también.
2) Dificultad en decir "No". Y cuando tomamos una decisión, le estamos diciendo "Sí" a una de las opciones y al mismo tiempo estamos descartando la otra, le decimos "No". El que tiene indecisión crónica no quiere descartar ninguna, le gustaría tener ambas, y en la mayoría de los casos no es posible: por eso hay que tomar una decisión.
3) Inseguridad personal. No confían en que deciden lo mejor, creen que están perdiendo al descartar la otra opción y aún al decidir, quedan insatisfechos e inseguros de si hicieron lo adecuado.
La persona que se reconoce como indeciso, ¡quiere dejar de serlo! pues es un lugar muy incómodo que visita frecuentemente, y adentro quisiera acortar el tiempo para procesar todo lo que se le viene a la cabeza y asegurarse que queda conforme con la decisión tomada. Pues bien, es posible salir de la indecisión crónica poco a poco aprendiendo a acortar el tiempo, disminuyendo la duración de la incomodidad y confiando más en ellos mismos.
Pasos:
- Fíjate si solamente tienes dos opciones para elegir. A veces la persona indecisa tiene un abanico de alternativas entre el cual solamente puede elegir una de ellas y no quiere descartar nada. Se para ante una situación conflictiva ya desde el inicio.
- Ante todo, no te preocupes por parecer inteligente ante los demás. No es broma, muchas veces supone un gran peso para el indeciso el asegurarse que lo que decida sea lo más inteligente, sabio, eficaz, ... para otros! Tu decisión es tuya!!
- Confía en tu instinto; es más sabio de lo que crees. Hay sensaciones corporales que aparecen con cada una de las opciones cuando las pensamos. Procura detenerte en una a la vez y registra si la sensación que te genera es grata o incómoda. Éste registro corporal es un sensor de tu instinto.
- Prioriza tus necesidades. Con frecuencia con nuestras decisiones queremos conformar a todo el mundo, con lo cual no solamente evaluamos las opciones en sí mismas sino que entran "un montón de personas en nuestra cabeza" y nos olvidamos del objetivo claro. Piensa ¿qué necesitas? Si tus ganas son de complacer a otra persona, pues fantástico, es tu elección y por ende, plenamente válida.
- Acepta los límites de la evaluación que haces; no puedes analizar todo! elije lo que sientas más acorde con lo todo lo dicho anterior, actúa y fíjate en los resultados. Te será de gran utilidad para ir realizando los ajustes si son necesarios, y ¡sigue adelante!
En algún que otro momento podemos no elegir, y es muy importante que sepamos que ésto también es una decisión; el darnos cuenta que podemos optar por NO ELEGIR, es muy aliviador y provoca un cambio de actitud positivo al saber que estamos eligiendo precisamente eso: decido no elegir.
Paso a paso, recuerda, como todo entrenamiento.
¡Ánimo!
Dra. Aída Bello Canto
Psicología y Gestalt
Gracias, gracias, gracias!!
ResponderBorrarMaría
Hola María,
BorrarMe alegro de que le sea útil.
Saludos,
Aida
Muy interesante!! Gracias.
ResponderBorrarRodrigo
Muchas gracias!!
BorrarUn cordial saludo,
Aida
muy claro....pero la intuición no es tan clara
ResponderBorrarGracias Ricardo. Así es, a veces está teñida por otros "asuntos" internos.
BorrarUn cálido saludo,
Aida