Reaccionamos en base a lo que pensamos y no a lo que ES, a lo que acontece en el afuera. Es una fuente generadora de muchos conflictos, de interpretaciones erróneas que incide en las relaciones.
Por ejemplo, veo un gesto contraído, una frente arrugada, unos dientes con presión, y saco la conclusiòn de inmediato que esta persona está enojada. Esto nos lleva a tener una reacción específica ante nuestra convicción del enojo existente en la otra persona. ¿Y si no es así? ¿Y si lo que pasa es que está con un gran dolor de estómago, por ejemplo?
No solemos tomarnos el tiempo para ir y corraborar nuestra imaginación, lo damos por un hecho y a partir de ahí nuestra actitud hacia esta persona toma una dirección (ni qué decir si además pensamos que el enojo tiene que ver con nosotros, lo tomamos a modo personal): no lo saludamos, le hablamos de manera "fría", etc. Y de esta manera vamos creando un circuito de acción y reacción basado en lo que pensamos y no en la realidad.
Por supuesto que podemos dar en el blanco con nuestra imaginación, con la interpretación de la realidad a la que llegamos internamente, mas sólo estaremos en condiciones de afirmar que es tal cual lo supusimos, si lo confirmamos con el otro. Sino, hemos de saber que el riesgo a equivocarnos es enorme, provocándonos a nosotros mismos emociones y sensaciones de conflicto que solamente poseen sustento en nuestro mundo interior. Y todo esto viene acompañado con lo que nos da ganas de hacer, genera una reacción interna - la llevemos a cabo o no-.
Si prestan atención en algún momento del día, fíjense cuán frecuente les aparece mezclado lo obvio - lo que ES- con lo que Ustedes suponen o cuánto impregnan de lo personal creyendo que es así: Es así para cada uno de nosotros, y podemos verlo cada uno de distinta manera.
A modo de ayuda para esta discriminación, les ofrezco un video Gestalt ejercicio: OBVIO / IMAGINARIO . El objetivo no es desestimar lo que rápidamente yo creo o interpreto (nos basamos en experiencias previas propias o ajenas), sino que registre / detecte lo que yo imagino/ supongo, (eso es para mí), y no necesariamente lo que pasa.
¿Cuántas veces ofrecemos a otra persona lo que creemos que necesita, sin preguntarle si en realidad es lo que precisa?
¡Ojalá se animen a hacerlo! La discriminación de ambos nos ahorra muchos conflictos y emociones que nos conectan a pasar un momento desagradable; nos ayuda a no invadir al Otro dando por hecho que sabemos qué requiere.
Nuestros pensamientos son veloces y generalmente ante una situaciòn tenemos la tendencia a pensar lo peor y a tomàrnoslo de forma personal. Si aprendemos a preguntar antes de reaccionar, nos evitaremos muchos conflictos y momentos de sufrimiento. Sin querer, ¡complicamos las relaciones!
¡Les deseo lo mejor!
Dra. Aída Bello Canto
Psicología y Gestalt
Gracias por este artículo!!
ResponderBorrarRamón
Gracias!!
BorrarSaludos,
Aida
Gracias!
BorrarSaludos,
Aida