Un lenguaje diferente genera un cerebro diferente. Ya poseemos numerosa información, ampliada profundamente por las neurociencias, de cómo "Somos lo que pensamos", la forma en que nuestro lenguaje nos transforma. Acá acude a mi memoria la frase de Heller Keller: "Con la primera palabra que utilicé de manera inteligente aprendí a vivir, a pensar y a esperar".
¿Te has parado a meditar cómo pides las cosas, cómo agradeces, cómo transmites tu sentir? ¿Cuántas palabras emocionales positivas utilizas en tu vida diaria?
Todo cuanto decimos y pensamos va directo a nuestro cuerpo, a través de los químicos que segregamos con las palabras. Y señalo también el pensar ya que es con las palabras que elaboramos nuestros pensamientos; es su materia prima. Las expresiones emocionales positivas inciden directamente en nuestro organismo, comprobándose que no solamente es importante expresar emociones positivas, sino también la cantidad de las mismas. ¡Si, la cantidad cuenta!
Las palabras poseen un poder emocional que nos incide directamente en nuestra actitud y en nuestro rendimiento cognitivo y físico, como se ha visto en muchas investigaciones las cuales he ido mencionando en diferentes post.
Por ejemplo: se les dió a un grupo de corredores de Fómula 1 una serie de expresiones positivas en primera instancia y luego una serie de expresiones negativas; el tiempo de reacción, la percepción y la atención fué más rápida con la serie de expresiones positivas. El tiempo de reacción, la percepción y la atención fue mucho más lenta con expresiones negativas que en el grupo de control.
Las palabras positivas y las negativas activan el cerebro, solamente que lo hacen de una forma diferente.
No es una repetición de lo que todos sabemos desde hace mucho tiempo, sobre la importancia de las palabras, sino que las investigaciones y sus hallazgos a través de estudios de imágenes y estadísticas nos ofrecen resultados contundentes al respecto: ignorarlos y no aplicarlos para nuestro beneficio, mejora personal, refinamiento de nuestra actitud positiva, incidencia en nuestro organismo, etc, sería un enorme desperdicio. ¡Aprovéchalo!
Fíjate qué palabras utilizas, pon tu atención en ir ampliando el uso de las positivas ya que el primer beneficiado serás tú mismo/a. Los cambios inciden en tu cerebro, en tu actitud frente a las situaciones y generan emociones motivadoras.
¡Lo mejor para tí!
Dra. Aida Bello Canto
Psicología y Gestalt
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Muy bueno Doc. Comparto!!
ResponderBorrarMuchas gracias!!
BorrarUn cálido saludo y buen inicio de semana!
Aída
Para tenerlo muy en cuenta! Gracias.
ResponderBorrarSaludos,
Maria
Gracias a tí María!!
BorrarUn cálido saludo,
Aida