Cuando nos vamos hacia el pasado, recordando situaciones que no resolvimos a nuestro gusto, trayendo a la mente situaciones inconclusas de nuestra vida, lo que callamos en un momento dado, para poner algunos de los muchos ejemplos, propiciamos la aparición del resentimiento, una actitud de frecuente queja, angustia, ... emociones detonadas por el pasado, perdiendo el contacto con lo que pasa Ahora y sin registrar que nosotros ya no somos los mismos que en aquel entonces.
Las experiencias vividas nos han dado nuevos recursos, poseemos más capacidades, aprendimos. Cuando una situación pasada nos obstaculiza nuestro presente, nos damos cuenta que no pudimos resolverla y crecer con ella (característica de la resiliencia), entonces no estamos en el pasado sino que afecta directamente el Presente, y es acá donde tenemos la oportunidad de resolverla.
Cuando nos vamos hacia el futuro, pensando lo que tenemos que hacer, anticipándonos a lo que creemos que nos va a pasar, a cómo va a responder tal o cual persona, alimentamos nuestras fantasías catastróficas. Irnos mentalmente hacia el futuro, estar en "modo anticipación", genera la aparición de ansiedad, inquietud, miedo, perdiendo el contacto con nuestro presente, lo que pasa Ahora y las posibilidades concretas que tenemos, así como las herramientas con que contamos.
Habitar el Presente es esencial para registrar nuestras necesidades, propiciar los cambios deseados, realizar nuestras elecciones en coherencia, vivenciar nuestras emociones y recibir la información que ellas nos traen: diferenciar lo que me nutre y lo que me intoxica. Y todo ello favorece nuestros vínculos, nuestra relación con el mundo.
Aunque ya todos sabemos la importancia de habitar en el Presente por la información y mensajes que nos llegan por diferentes medios, no es fácil ni rápido su logro. Podemos caer en la trampa reiteradamente de"vivir en el pasado"o en la Anticipación. Así pues, es necesario el entrenamiento, ejercitarlo e irlo incorporando como hábito y actitud. ¿Cuántas veces se nos escapa el disfrutar el momento o una situación, por estar "en otro lado"?
Hay muchas maneras y técnicas para aprender a estar Presente: cursos, talleres, libros, videos. No me voy a detener en la amplia variedad pues pueden acceder fácilmente a esta información. Mi objetivo es recordarles los beneficios que trae el estar en el Aquí y Ahora: el potencial con el cual se van a conectar, la armonía que pueden Ustedes mismos generarse.
También podrán registrar si están atrapados en un pantano emocional, si se van con frecuencia para atrás o para adelante, con todas las emociones que ello implica, y al darse cuenta pueden empezar a transformar, a crecer, valorarse y valorar cuánto les rodea.
Para los que inician, les sugiero la práctica de respiraciones profundas (una vez al día o cada vez que las precisen) e incorporar un ejercicio de relajación en su agenda personal. Les dejo una breve relajación básica.
Un cálido saludo,
Dra. Aída Bello Canto
Psicología y Gestalt
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