Estas
fechas que transitamos, más allá de la significancia que cada uno
le dé a nivel personal, suelen traer aparejados encuentros grupales.
Ante esta posibilidad, me surge el interés por el encuentro con todo
el arcoiris de emociones que aparecen y se mueven adentro nuestro.
Siempre es buen momento de valorar lo que tenemos y a quién tenemos.
Mas nuestra condición Humana nos lleva con frecuencia a conectarnos
con espacios vacíos, a las ausencias, arropándonos con emociones
que pueden nublar nuestro presente para trasladarnos al pasado;
convoquemos el agradecimiento a lo vivido y abramos nuestro Ser al
Presente, para poder “ver”, “escuchar”, “compartir”, “dar
y recibir”.
Deseo compartir con ustedes un bello poema de Virginia Satir que nos
dibuja un camino de encuentro y valoración a nuestro ser persona, de
vital importancia para extender la mano en el encuentro con el mundo,
con nuestro mundo:
“En
todo el mundo, no hay nadie
exactamente
como yo.
Hay
personas que tienen algunas
partes
en que se parecen a mí,
pero
nadie es idéntico a mí,
por lo
tanto, todo lo que sale de
mí es
auténticamente mío porque yo solo/a
lo
elegí.
Todo lo
mío me pertenece – cuerpo,
incluyendo
todo lo que éste hace;
mi
mente, incluyendo todos sus pensamientos e
ideas;
mis
ojos, incluyendo las imágenes que perciben;
mis
sentimientos, cualesquiera que estos
puedan
ser-
coraje,
alegría, frustración, amor, desilusión,
excitación;
mi
boca, y todas las palabras que salgan
de
ella, agradables, dulces, justas
o injustas;
mi voz,
fuerte o suave;
y todos
mis actos, sean éstos para otros
o para
mi mismo/a.
Entonces,
puedo hacer posible que todo lo
que me
pertenece
trabaje
para lograr lo mejor para mí.
Sé que
hay aspectos de mí mismo/a
que me
confunden, y otros que
no
conozco.
Pero
mientras me conozca y me ame,
puedo
buscar valerosamente y con esperanza
la
solución a mis confusiones y la forma
de
conocerme más.
La
forma como luzca, como suene para los
demás,
lo que
diga o
haga, lo que piense
y sienta en un momento determinado, soy yo.
Esto es
auténtico y representa dónde
estoy
en ese momento”
Que todos nos abramos a una comunicación auténtica, con respeto y
responsabilidad, habitando nuestro presente con lo que somos y
tenemos. Que en cada momento de encuentro seamos fuente de
agradecimiento y honra la vida.
Qué bonita reflexión. Constantemente olvido que todo lo mío soy yo y que refleja mi momento aquí y ahora.Valorarlo y responsabilizarme de ello, de encontrarme conmigo a cada instante es un trabajo que necesito y que no hago. Sufro por ello.
ResponderBorrarTe agradezco tu compartir; valoro tu darte cuenta de la necesidad de encontrarnos con nosotros mismos.
Borrar¡Gracias! y ¡Adelante!
Un cálido saludo,
Aida